Un robo, una fuga de agua, un acto vandálico… Los establecimientos están expuestos diariamente a multitud de riesgos de todo tipo. Por eso, un seguro para local comercial es un elemento indispensable para asegurar que, ante cualquier incidente, la empresa no va a verse asfixiada por gastos y/o indemnizaciones ¿Quieres saber más sobre cómo te protege este tipo de seguro?
Los riesgos de una farmacia, de una asesoría legal, de una tienda de ropa, de una tienda de electrodomésticos o de un restaurante no tienen nada que ver. Por eso, los seguros de locales comerciales son altamente personalizables y pueden configurarse con las coberturas más apropiadas para cada tipo de negocio. Éstas son algunas de las principales:
La responsabilidad civil es la obligación de responder (normalmente, con una indemnización) cuando actos propios, o de personas sobre las que se tiene autoridad, causan daños por culpa o negligencia Algunos locales comerciales, como las clínicas sanitarias, los despachos de abogados, los restaurantes o las agencias de viajes están obligados a contar con la cobertura de responsabilidad civil en sus seguros, pero se trata una cobertura muy recomendable para todo tipo de negocios ya que, si pasa algo, las indemnizaciones pueden llegar a ser muy cuantiosas.
Hay muchos casos en los que la responsabilidad civil puede entrar en juego. Algunos ejemplos de situaciones son: un restaurante que usa un producto en mal estado y provoca una intoxicación alimentaria, una estantería que se desprende del local y daña a un cliente o un incendio originado en el local que afecta al local contiguo.
Un seguro de local comercial suele ofrecer varios tipos de cobertura de responsabilidad civil:
Los seguros multirriesgos para locales comerciales pueden cubrir los daños por robo o intento de robo en el local, incluyendo las mercancías del escaparate y el dinero en efectivo que se encuentre en la caja de caudales, la caja fuerte o incluso fuera. También es posible ampliar coberturas para cubrir atracos o robos a personas relacionadas con el local, como los cobradores, los transportistas de caudales, clientes y otros visitantes.
Un seguro para local comercial puede cubrir daños provocados por circunstancias diversas, como los producidos por el agua, incendios, caída de rayos, explosiones o actos de vandalismo, como la rotura de cristales o de cierres metálicos. También es habitual que cubra las pérdidas por deterioro de bienes refrigerados, algo que puede ser muy relevante para restaurantes y farmacias.
Imagina que una fuga de agua estropea el suelo de tu local y no cuentas con un seguro. Además de abonar su reparación, también tendrías que cerrar el local comercial mientras se efectúa, por lo que las pérdidas se incrementarían. En estas circunstancias, la garantía por pérdidas te indemnizaría, ayudando a que el comercio se pueda mantener económicamente hasta su reapertura. Esta garantía también puede entrar en juego si alguna obra en la calle impide o dificulta el acceso a tu local.
Por otro lado, si eres propietario de un local y lo tienes alquilado, también podrías proteger tus ingresos si dejas de recibir el importe del alquiler a causa de un siniestro. En este caso, la cobertura se denomina ‘pérdida de alquileres’.
Puedes contratar con tu seguro de local comercial servicios de atención telefónica y de bricolaje para pequeñas averías y reparaciones de fontanería, informática, electricidad y cerrajería (incluyendo cierres metálicos). De este modo, los pequeños contratiempos se atajarán a tiempo y no se convertirán en un auténtico drama.
Si tienes en propiedad el local que tú mismo explotas, normalmente no hay ninguna clase de duda: necesitas un seguro completo que cubra el local, su contenido y la responsabilidad civil de la actividad que realizas (aunque ésta puede contratarse aparte). Sin embargo, cuando se trata de un local comercial alquilado, suelen surgir dudas sobre a quién le corresponde contratar el seguro: al propietario o al arrendatario.
Habitualmente, las dos partes cuentan con un seguro de local comercial. La parte propietaria, si cuenta con hipoteca, debe contar como mínimo con un seguro de incendios y daños que cubra el continente (la estructura del local), pero no el contenido.
Por este motivo, es esencial que los arrendatarios contraten un seguro de local comercial que cubra el contenido, es decir, todas las mercancías y equipamientos con los que cuenta el local, así como la cobertura por responsabilidad civil que responda ante los potenciales daños a terceros derivados de la actividad comercial.
Además, es importante saber que el propietario puede exigir en el contrato de alquiler la contratación de un seguro multirriesgo para el local comercial.
En definitiva, debes proteger tu local comercial tanto si eres propietario como si eres arrendatario, lo que cambia son las coberturas que necesitarás.
Si tienes dudas sobre qué coberturas contratar, y cuáles no, lo mejor que puedes hacer es dejarte asesorar por un profesional de los seguros. Un agente de seguros hablará contigo para conocer los riesgos de tu negocio y elaborar una póliza que cubra justo lo que necesitas. ¡Y ya puedes trabajar tranquilo!