Llevar un arma de fuego puede resultar bastante peligroso, tanto para el cazador como para otras personas que están en el coto. Por este motivo, para cazar en España, además de una licencia de caza y otros permisos, hay que contar con un seguro de caza obligatorio.
En este artículo, te comentamos las coberturas básicas del seguro obligatorio para cazadores, otras coberturas opcionales que puedes contratar y algunas de las dudas más comunes que puede suscitar este tipo de seguro.
El seguro obligatorio de caza está regulado por ley, concretamente por el Real Decreto 63/1994, de 21 de enero, por el que se aprueba el Seguro de Responsabilidad Civil del Cazador, de suscripción obligatoria.
Haber contratado este seguro obligatorio es un requisito imprescindible para obtener la licencia de caza en todas las comunidades autónomas.
El seguro obligatorio de caza está pensado para cubrir la responsabilidad civil del cazador, es decir, para proteger al asegurado frente a las reclamaciones por daños ocasionados a terceros (no los propios), cubriendo:
Es importante saber que, en caso de no poder identificar al autor de los daños dentro de una partida, deben responder solidariamente los seguros de los miembros de dicha partida.
Más allá de la responsabilidad civil obligatoria, las compañías aseguradoras han ido evolucionando para sumar otras coberturas para cazadores, que pueden incluirse en la misma póliza.
La normativa establece que el seguro obligatorio de caza debe cubrir la responsabilidad civil obligatoria hasta 90.152 €. No obstante, pueden solicitarse mayores coberturas de forma voluntaria, ya que en caso de tener que pagar una indemnización por muerte o invalidez permanente de un tercero, se superaría esta cantidad.
De hecho, aunque la siniestralidad en los seguros de caza es baja, y el promedio de las indemnizaciones de responsabilidad civil en estos seguros es de 1.861 €, los datos relativos a los accidentes más graves ocurridos durante la práctica de la caza son incompatibles con la inmensa mayoría de los patrimonios personales, superando los 96.280 €, según datos de Unespa.
Además, la responsabilidad civil voluntaria puede ampliar las coberturas más allá de los daños personales, ofreciendo protección también ante los daños materiales y perjuicios que el cazador o sus perros puedan causar involuntariamente durante el ejercicio de la caza. Esto es muy importante, ya que el seguro obligatorio no cubre los daños a terceras personas, cuando estos son materiales.
Esta cobertura se hace cargo de la defensa ante posibles reclamaciones, así como el pago de las fianzas que se establezcan por sentencia judicial.
A diferencia de la póliza de coche, que ya no es necesario llevar siempre encima, sí es obligatorio llevar la póliza o el justificante de pago del seguro de caza cuando sales de cacería, por si un agente requiere la documentación.
Del mismo modo, hay que llevar otros documentos, como la licencia de caza de la comunidad en la que vayas a cazar, el DNI, el permiso de armas y la guía de pertenencia del arma, la tarjeta del coto de caza o la documentación acreditativa de cada perro.
En definitiva, contar con un seguro de caza es esencial para que puedas disfrutar de tu afición con la seguridad de que un accidente desafortunado no cause un daño irreparable en tu patrimonio. Por eso, te recomendamos que no te quedes en el seguro obligatorio de caza, sino que lo amplíes con las coberturas que necesitas para así tener la protección más completa.