El seguro de comunidad de propietarios es una póliza que vela por la seguridad del edificio, protegiendo a los vecinos ante posibles siniestros o desperfectos en las zonas comunes como portales, rellanos, garajes, cuartos de caldera y contadores, etc. Se evitan así muchos gastos extraordinarios (las temidas derramas) en caso de que ocurra algún problema en estos espacios.
Estos seguros incluyen siempre la cobertura de responsabilidad civil, de modo que cubren los posibles daños a terceros que se pueden ocasionar a quienes pasan cerca del edificio (por ejemplo, una teja que sale volando y golpea un coche). También suelen incluir coberturas ante incendios o por fenómenos atmosféricos.
Adicionalmente, es posible contratar otras coberturas para que la comunidad esté protegida ante cualquier imprevisto, como plagas, ocupación ilegal de zonas comunitarias y un largo etcétera, además de un servicio para llevar a cabo pequeñas reparaciones.
La Ley de Propiedad Horizontal no establece la obligación de contratar un seguro de comunidad de propietarios. Sin embargo, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana tienen normativas autonómicas que obligan a las comunidades de propietarios a contar con un seguro que cubra la responsabilidad civil y los incendios.
En todo caso, un seguro de comunidad de propietarios es muy recomendable para evitar problemas entre los vecinos y para afrontar todos los accidentes que pueden surgir.
Ten en cuenta que las pequeñas reparaciones son muy habituales en el día a día de las comunidades de vecinos. Según datos de Estamos Seguros, en España una comunidad de vecinos sufre daños por agua cada 43 segundos, daños por fenómenos atmosféricos cada 6 minutos y 48 segundos, daños por rotura de cristales cada 6 minutos y 48 segundos y daños por robo cada 16 minutos y 18 segundos.
Además, aunque son menos frecuentes, un temporal, un incendio o una explosión de gas podrían causar daños mayores, difícilmente asumibles por los vecinos sin el apoyo de un seguro.
Sí, y viceversa. Estos dos seguros son complementarios, pero diferentes.
Un seguro de hogar cubre lo que hay en el interior de un hogar. Por ejemplo, el suelo del apartamento que se estropea, un robo en casa o la responsabilidad civil individual en caso de que un elemento del hogar, como una maceta que se cae a la calle, produzca algún daño.
En cambio, el seguro de la comunidad de propietarios actúa sobre las zonas e infraestructuras comunes. Por ejemplo, un elemento de la fachada que se desprende.
A veces, no es tan sencillo saber qué seguro debe asumir los costes. Es el caso de las goteras. Así, si se rompe una tubería propia, o se desborda la bañera y causa una gotera al vecino de abajo, es el seguro de hogar quien se encarga. Por otro lado, si hay filtraciones en la bajante, debería cubrirlo el seguro de la comunidad aunque la filtración afecte a un apartamento privado, dado que el origen del desperfecto se encuentra en una infraestructura común.
Hay miles de situaciones ante las que sería conveniente un seguro de comunidad de propietarios. La mayoría de pólizas van más allá de las coberturas mínimas exigidas por las comunidades autónomas de Madrid y Valencia para incorporar otras garantías y servicios que las hacen muy interesantes.
No todos los seguros de comunidad de propietarios tienen las mismas coberturas. Normalmente, podrás escoger entre diferentes pólizas, con diferentes coberturas y precios. Un agente de seguros puede ayudarte a elegir un seguro que se ajuste al presupuesto establecido y que contenga las coberturas más interesantes para tu comunidad de vecinos.
Dependerá de varios factores como:
La compañía aseguradora debe verificar el riesgo asegurado, para lo que enviará a un perito a valorar el edificio antes de elaborar la póliza de tu seguro.
La mayoría de comunidades de vecinos cuentan con un administrador de fincas que puede encargarse de pedir presupuestos para encontrar un seguro que se adapte a las necesidades de la comunidad. En este caso, es el administrador de fincas quien contrata y gestiona lo que ordena el presidente de la comunidad.
Si no se cuenta con un administrador de fincas que facilite las gestiones, es el presidente de la comunidad quien debe encargarse del seguro, en nombre de la comunidad.
También es importante saber que, para aprobar la contratación del seguro, sólo es necesaria una mayoría simple en una votación de la junta vecinal, no se necesita unanimidad.
Si una junta de propietarios no llega a un acuerdo para contratar un seguro, los propietarios de la comunidad deberán afrontar los gastos de las reparaciones, así como los gastos médicos y civiles si ocurre algún accidente en la comunidad que se salde con daño a terceros. De este modo, las decisiones aprobadas por la comunidad afectarán a todos.
En cualquier caso, y contrate quién lo contrate, un seguro de comunidad de propietarios es una herramienta básica para prevenir derramas y conflictos entre vecinos, evitando también que los imprevistos y sobresaltos tengan un alto impacto en las cuentas de la comunidad.
Si gestionas una comunidad de propietarios, consulta a uno de nuestros agentes de seguros para que se encargue de encontrar un seguro con las mejores coberturas. Un buen seguro de comunidad de propietarios significa menos preocupaciones, más tranquilidad y una mejor convivencia vecinal. ¡Te aseguramos que vale la pena!