Hay muchos tipos de tiendas, pero todas ellas tienen, al menos, tres cosas en común: guardan dinero, almacenan y exponen mercancías y tienen un trasiego constante de gente que entra y sale de la tienda. Esto implica que están expuestas a grandes riesgos, como robos, atracos o incendios que destruyan los bienes almacenados, pero también a accidentes que causen daños a empleados o a los consumidores. Por eso, cualquier tienda, ya sea una tienda de alimentación, de deportes, de ropa, de juguetes o de cualquier otro tipo, debe contar con un seguro que la proteja.
Los seguros para tiendas (también llamados seguros de comercio) están diseñados específicamente para negocios a pie de calle. En este artículo, repasamos los principales riesgos que deben cubrir.
A la hora de contratar un seguro para tienda, tienes la opción de proteger el continente, el contenido o ambas opciones.
El continente es todo aquello que constituye la estructura del local, es decir, los elementos de construcción: paredes, suelos, techo, puertas, ventanas, tuberías…
El contenido es todo aquello que hay dentro de la estructura del local: muebles, mercancías, objetos propiedad de los empleados, maquinaria del negocio... Por ejemplo, en el caso de una tienda de ropa, formarían parte del contenido toda las prendas, cajas registradoras, dispositivos de cobro, espejos, uniformes, maniquíes, etc.
Si eres propietario del local de la tienda, debes asegurar tanto el continente como el contenido. No obstante, a veces surgen dudas cuando la tienda se establece en un local alquilado. Claramente, debes asegurar el contenido pero, ¿y el continente? Una solución para estos casos es asegurar el continente también, pero solo a primer riesgo.
Supongamos que te encuentras en la necesidad urgente de reparar una tubería dañada, pero el propietario no responde con la prontitud necesaria, algo que afecta al funcionamiento normal de tu negocio. En este escenario, puedes utilizar el capital a primer riesgo y resolver rápidamente la situación mediante tu propio seguro. Una vez que el incidente está solucionado, será la compañía aseguradora la encargada de comunicarse con el propietario para esclarecer las responsabilidades.
En primer lugar, debes saber que los seguros para tiendas destacan por ser particularmente flexibles, de modo que se adaptan a los diferentes tipos de actividades que se llevan a cabo en el local.
Por ejemplo, una tienda minorista, que no elabora sus propios productos, no debe contar con las mismas coberturas que una tienda que sí lo hace (y que, por tanto, tiene responsabilidad sobre los productos que fabrica). Por otro lado, una tienda en la que se venden productos perecederos puede necesitar cámaras frigoríficas y, por tanto, necesitar coberturas que ofrezcan una respuesta si éstas se estropean. Del mismo modo, un negocio que cuente con instalaciones fijas en terrazas, patios y vía pública también necesitará coberturas específicas para estas zonas.
Así, cada tienda puede configurar una póliza que se adapte a sus necesidades y a los riesgos a los que está expuesta. A pesar de ello, hay una serie de coberturas en un seguro para tiendas que son útiles en todos los comercios. Te contamos cuáles son las principales.
Todo tipo de tiendas está expuesta a estos riesgos, de modo que se trata de una cobertura básica, que indemniza los daños materiales resultantes de incendios, explosiones o caídas de rayos. Incluye compensación por daños causados por calor, humo y quemaduras, así como por el agua utilizada para extinguir el fuego. También cubre los gastos asociados a la extinción del incendio en el local asegurado.
Agrupando riesgos diversos, esta garantía aborda situaciones como actos de vandalismo, daños causados por lluvias intensas, viento, pedrisco y nieve, así como inundaciones debido a desbordamientos o averías en estructuras construidas por el hombre. También cubre daños causados por escape repentino de humo, animales domésticos ajenos, caída de astronaves y derrames o escapes accidentales de sistemas automáticos de extinción de incendios.
Por otro lado, en caso de siniestro, se garantizan las labores de salvamento, el traslado temporal del negocio y se incluye el reembolso de gastos para la reposición de los documentos destruidos.
Esta garantía cubrirá los posibles daños que se puedan producir a terceras personas en el ejercicio de la actividad diaria de la tienda. Por ejemplo, si un cliente entra en la tienda, se desprende un espejo y lo golpea.
En caso de siniestro, la compañía aseguradora correrá con el pago de la indemnización y la defensa judicial, además del pago de las costas y los gastos judiciales y extrajudiciales.
La responsabilidad civil patronal responde económicamente por daños y perjuicios reclamados al empleador por parte de los empleados como consecuencia de un accidente laboral, siempre que haya ocurrido por acción u omisión de los empleadores, gerentes o jefes.
En estos casos, los trabajadores afectados por lesiones o secuelas, o sus familiares (si el trabajador fallece) pueden solicitar las indemnizaciones por la vía judicial. Entonces, la garantía de responsabilidad civil patronal del seguro se encargaría de la defensa y de abonar las indemnizaciones pertinentes.
La responsabilidad civil locativa está pensada para tiendas establecidas en locales alquilados, ya que cubre los daños ocasionados en el local. La responsabilidad civil inmobiliaria corresponde a los propietarios, dado que cubre los daños producidos a terceros por el inmueble.
La cobertura de restauración estética es fundamental para mantener la buena imagen de la tienda si ocurre un siniestro cubierto en póliza. En este caso, se ocuparía de la restauración de la armonía estética. Por ejemplo, si se estropea una zona del suelo y no es posible encontrar los mismos materiales para arreglar la parte afectada, se cambiaría el suelo por completo.
Esta cobertura incluye servicios como el mantenimiento de cierres metálicos, cerrajería urgente, servicio de urgencia de seguridad, servicios de ‘manitas’ y otros muchos servicios (electricidad, cristalería, tapicería, albañilería…) cuyo coste de desplazamiento abona la compañía aseguradora.
Un seguro para tiendas puede cubrir el robo o atraco de los bienes almacenados, el dinero en efectivo guardado en cajas registradoras, el dinero en cajas fuertes y otros bienes, según las garantías contratadas. También es posible ampliar las garantías de robo y atraco para que protejan tanto a cobradores y transportadores de fondos como a clientes y a visitantes.
Imagina que un incendio deja inutilizado parte de tu local y que, por tanto, debes cerrarlo mientras se hacen las reparaciones. En estas circunstancias, la garantía por pérdida de explotación te indemnizará para que puedas afrontar los gastos fijos (facturas, nóminas…). De este modo, será más sencillo que la tienda se pueda mantener económicamente hasta su reapertura.
Estas son algunas de las coberturas más importantes que puede incluir un seguro para tiendas, pero hay muchas más. Si buscas un seguro que se ajuste a tu negocio, puedes hablar con uno de nuestros agentes para que elabore una póliza personalizada que responda ante todo lo que puede ocurrir en el día a día de tu tienda.