El seguro de hogar es uno de los más habituales en España. Se calcula que tres de cada cuatro hogares en España (el 74,7% del total) cuentan con él. A pesar de ello, es uno de los más desconocidos, en lo que a coberturas se refiere.
Lo cierto es que hay muchos tipos de seguros de hogar, con más o menos coberturas, más o menos económicos; pero te sorprenderá saber que, si pierdes la maleta en un viaje, puede que te lo solucione tu seguro de hogar. Lo mismo si tu mascota destroza el mobiliario de la comunidad. ¿Quieres conocer las coberturas de un seguro de hogar que más se repiten en las pólizas?
Coberturas comunes en un seguro de hogar
- Responsabilidad civil. La responsabilidad civil es una de las coberturas más importantes del seguro de hogar, ya que es la que cubre los posibles daños que puedas provocar a otras personas. Hay muchas ocasiones en las que la cobertura de responsabilidad civil entra en juego, por ejemplo: si tienes una fuga de agua que causa goteras, si algún pequeño de la familia está jugando con el balón y rompe el cristal de un vecino, si tu mascota destroza el jardín de al lado, si se te cae una maceta ocasionando algún daño, si te llevas un retrovisor por delante en un paseo en bicicleta o si alguien ‘te pisa lo fregado’ en tu hogar, se resbala y te denuncia. Como puedes ver, la responsabilidad civil responde en las situaciones más insospechadas, pero debes tener en cuenta que cubre los daños a terceros, no los propios.
- Incendios, explosiones y caídas de rayos. Aunque estos accidentes no son habituales, sus consecuencias podrían ser nefastas. Por ello, esta cobertura es fundamental en cualquier seguro de hogar.
- Daños eléctricos. Se hace cargo de los daños que pueden sufrir las instalaciones o los electrodomésticos que están conectados a ellas debido a alteraciones en la red eléctrica, como subidas de tensión o cortocircuitos. Algunos seguros incluyen en la cobertura los aparatos informáticos, como los ordenadores o tablets, mientras que otros los excluyen, así que conviene leer la póliza con detenimiento o consultar a tu agente de seguros. Por lo general, pequeños dispositivos como las bombillas no están incluidos.
- Robo y/o hurto. Esta cobertura se encarga del ‘contenido’, es decir, de los objetos que tienes dentro del hogar. No es lo mismo robo que hurto por lo que, por norma general, las compañías aseguradoras distinguen estas dos coberturas. Hablamos de robo cuando hay violencia o intimidación. En estos casos, las compañías aseguradoras cubren un porcentaje de lo robado o hurtado, aunque es importante destacar que determinados bienes, como joyas o antigüedades, suelen requerir un seguro o una cobertura aparte. Por lo general, también se encargan los daños provocados por el robo o hurto, como los desperfectos en puertas y ventanas.
- Roturas. Se encarga de los gastos de reposición de lunas, espejos, lozas, vitrocerámicas, etc.
- Daños por agua. Como bien indica su nombre, cubre los daños que pueden provocar en tu propio hogar las fugas de agua a causa de las tuberías de tu vivienda (si las tuberías son de la comunidad o de un vecino, se encargarían sus respectivos seguros).
- Daños por fenómenos atmosféricos. Cubre los daños por granizo, vendavales, nieve o inundaciones, según las condiciones fijadas en la póliza.
- Defensa jurídica y reclamación de daños. Generalmente, cubre el asesoramiento jurídico y los gastos asociados cuando las personas incluidas en la póliza de hogar son denunciadas o denuncian en cuestiones que tienen que ver con su vivienda. En ocasiones, puede ampliarse esta cobertura para dar cabida a litigios laborales o de consumo.
- Protección de alquileres. Esta cobertura hace referencia a la defensa jurídica relacionada con el contrato de alquiler, entre otras prestaciones pensadas especialmente para este tipo de viviendas.
- Vehículos en garajes. Da cobertura al contenido de los garajes. Si vives en una comunidad, verifica antes las coberturas del seguro de comunidades de propietarios para no duplicarlas.
- Servicios asistenciales. La mayoría de seguros permiten contratar un pack de servicios asistenciales para tareas de bricolaje y reparación de electrodomésticos o la asistencia en viajes.
Como puedes ver, los seguros de hogar han ido añadiendo cada vez más coberturas y es probable que desconozcas algunas de las que se incluyen. Las que hemos destacado son algunas, pero existen muchas más, como la pérdida de bienes refrigerados (por ejemplo, si debido a un apagón se te estropea la comida que guardas en la nevera) o la pérdida de llaves.
Si cuentas con un seguro de hogar y tienes algún percance, consulta a tu agente de seguros. Quizás estás más protegido de lo que piensas.
¿Es obligatorio un seguro de hogar?
Aunque muchos piensan que el seguro de hogar es obligatorio, lo cierto es que la normativa española no establece ninguna obligación de contratación con una excepción: si contratas una hipoteca, debes contratar un seguro que cubra los daños que puedan ocasionarse en el inmueble. Se trata de un seguro que cubre el edificio (el continente) pero no lo que hay dentro (el contenido). Por otro lado, asegura unos riesgos mínimos, como incendios, explosiones y algunos fenómenos atmosféricos.
Como ya explicamos con el caso del seguro de vida, no tienes por qué contratar este seguro con la entidad bancaria, sino que puedes escoger una compañía aseguradora que te pueda ofrecer mejores precios o coberturas. Recurriendo a tu agente de seguros, encontrarás un seguro de hogar que se ajuste a lo que necesitas y que te ofrezca una mayor protección, velando también por todo lo que tienes dentro de tu hogar.
De todas formas, aunque no tengas la obligación, si eres propietario siempre es conveniente contratar un seguro de hogar. Además de proteger un bien de gran valor, también estarás protegiendo la economía familiar. Imagina que tienes una fuga de agua y causas humedades y daños a los vecinos; o que bajo tu piso tienes un local comercial, y el agua estropea la mercancía del almacén: los daños serían inasumibles. Con las coberturas de un seguro de hogar, tu compañía aseguradora responderá por ti.