En la mayoría de los casos, evitar un accidente no está en nuestra mano, pero sí podemos eludir algunas de sus consecuencias, como la difícil situación económica en la que puede quedar nuestra familia si fallecemos, o incluso la situación en la que podemos vernos nosotros mismos, si las secuelas nos impiden seguir trabajando. 

Un seguro de accidentes puede marcar la diferencia en estos momentos, ayudándonos a proteger nuestro bienestar, o el de nuestros seres queridos, cuando ocurre lo inesperado. Por eso, te contamos qué cubre un seguro de accidentes y cómo respondería si tuvieses un siniestro.

 

Coberturas en un seguro de accidentes

 

A la hora de contratar un seguro de accidentes, es necesario verificar la póliza para comprobar al detalle las coberturas incluidas, dado que pueden diferir entre diferentes compañías aseguradoras. No obstante, todos los seguros de accidentes ofrecen una indemnización (con una cantidad pactada en póliza) si el asegurado fallece por un accidente, es decir, por una causa violenta, súbita, externa y ajena a la intencionalidad de la persona asegurada. 

Así, la cobertura por fallecimiento es la principal cobertura de un seguro de accidentes. Si la persona asegurada muere en un accidente, tanto si es de manera inmediata como en determinado período desde el siniestro, los beneficiarios del seguro (habitualmente, la familia, aunque el tomador del seguro puede designar a quien desee) recibirán el capital pactado, que los ayudará a salir adelante en un momento tan difícil. 

 

Más allá del fallecimiento: otras coberturas de un seguro de accidentes

 

Para recibir la indemnización de un seguro de accidentes, el desenlace no tiene que ser tan catastrófico. La mayor parte de la gente que se accidenta no fallece, sino que acaba en el hospital, con una discapacidad o simplemente tarda un tiempo en recuperarse. Por eso, los seguros de accidentes también ofrecen protección en estas circunstancias:

  • Incapacidad permanente total. Cuando hablamos de incapacidad total, nos referimos a una situación en la que el trabajador no puede realizar todas o las tareas esenciales de su profesión habitual. En este caso, no es necesario que sea completamente incapaz de realizar cualquier tipo de trabajo (eso sería incapacidad absoluta). Si alguien, debido a un accidente, es declarado con una incapacidad permanente total, la compañía aseguradora también proporcionará una cantidad previamente establecida para este escenario.

 

  • Incapacidad permanente parcial. La incapacidad permanente parcial implica que, como resultado del accidente, el asegurado experimenta una limitación en su capacidad para trabajar. En este caso, la compañía aseguradora pagará una indemnización, determinada según una escala de porcentajes que se especifica en las condiciones del seguro. Es decir, la compensación se ajusta según la gravedad de la limitación, proporcionando un respaldo financiero proporcional a la pérdida de capacidad laboral.

 

  • Incapacidad temporal. ​​Imagina que te enfrentas a un periodo en el que, debido a un accidente, no puedes llevar a cabo tus actividades habituales. En esta situación, un seguro de accidentes te ofrece una compensación diaria durante ese tiempo. En otras palabras, si el accidente te impide temporalmente continuar con tu vida laboral o cotidiana, esta cobertura te proporciona ingresos que te permiten mantenerte a flote. Es como un colchón económico para esos momentos en los que necesitas concentrarte en tu recuperación sin preocuparte por tus finanzas.

 

  • Asistencia sanitaria. Cuando sufres un accidente, el seguro entra en acción para cubrir los gastos médicos y de hospitalización que necesitas. Desde el primer momento, te respalda para que recibas la atención necesaria. Además, no solo cubre los tratamientos, sino también los traslados, brindando apoyo integral para tu recuperación.

 

  • Adelanto de capital. En las peores situaciones, como el fallecimiento a raíz de un accidente, el seguro ofrece la posibilidad a la familia de solicitar un adelanto de la indemnización. Este adelanto se destina a cubrir los gastos asociados al sepelio y al pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Es una forma de aliviar la carga financiera inmediata que puede surgir en momentos difíciles, permitiendo a los seres queridos gestionar estos asuntos sin preocupaciones adicionales.

 

¿Qué ámbitos de la vida cubre un seguro de accidentes?

 

Un seguro de accidentes como el de Ges Seguros cubre los accidentes que puedan surgir en la vida personal, familiar y profesional. También aquellos que ocurren fuera del país, en otros continentes o en los medios de transporte.

Por otro lado, los llamados ‘riesgos extraordinarios’, como guerras, actos de terrorismo, caídas de cuerpos siderales, causas de naturaleza extraordinaria (maremotos, volcanes…) u otras circunstancias muy poco habituales, se indemnizan a través del Consorcio de Compensación de Seguros, pero están igualmente cubiertos.

En todos los seguros de accidentes, se excluyen de la cobertura los accidentes provocados de forma premeditada. 

Ahora que has descubierto qué cubre un seguro de accidentes, puedes decidir si esta protección es valiosa para tu familia. Si estás contemplando esta opción, un agente de seguros estará encantado de guiarte a través del proceso, brindándote información personalizada y orientación para tomar la mejor decisión para tu bienestar, y el de los tuyos.

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