Aunque, a primera vista, una oficina no parece un entorno que presente demasiados riesgos, los bienes que contiene pueden ser muy valiosos. Por este motivo, es muy importante contar con un seguro que cubra los equipos de oficina y otros elementos que son imprescindibles para desarrollar la actividad laboral.

Un seguro de oficinas y despachos puede cubrir los daños a equipos electrónicos de la oficina, sin importar si estos son fijos o portátiles ni sus características. 

Además de ordenadores convencionales, también se pueden asegurar otros equipos de oficina como fotocopiadoras, tablets, teléfonos móviles, escáneres, centralitas o equipos de artes gráficas.

 

Seguro para equipos de oficina: ¿Frente a qué riesgos me protege?

 

Un seguro de oficinas y despachos puede cubrir varios tipos de contingencias que pueden afectar a los equipos de oficina. Algunas de las más comunes son:

  • Daños por fenómenos eléctricos.
  • Daños por errores humanos.
  • Robos.
  • Otros daños por factores externos, como las fugas de agua o los incendios.

 

Si los equipos quedan inutilizables, el seguro puede ocuparse de los gastos de reposición de los ordenadores

Además, puede que tu póliza ofrezca servicios que pueden aminorar el impacto negativo que tendría la pérdida de los equipos, como un servicio de teleasistencia informática, copia de seguridad y recuperación de datos. De este modo, además de asegurar los equipos de oficina, estarás también protegiendo activamente otro de los activos más valiosos de tu empresa: la información que guardan.

 

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¿Qué más coberturas ofrece un seguro de oficinas y despachos?

 

Un seguro de oficinas y despachos va mucho más allá de proteger tus equipos electrónicos e informáticos de oficina. Algunas de las coberturas más importantes son:

  • Roturas de cristales, rótulos, loza, escaparates, mármol, etc.
  • Daños causados por fenómenos meteorológicos.
  • Responsabilidad civil (RC). Es una cobertura indispensable para cualquier negocio, ya que es la encargada de cubrir los costes de indemnizaciones por los daños que se puedan causar a terceros durante el ejercicio de la actividad profesional (RC de explotación) o ante los potenciales daños que puedan sufrir los empleados por un accidente en la oficina (RC patronal). También puede responder por los daños que pueda ocasionar el local y sus elementos estructurales si está alquilado (RC locativa) o en propiedad (RC inmobiliaria).
  • Restauración estética. Tu seguro de oficinas puede cubrir los gastos necesarios para restablecer la imagen de elementos dañados (por ejemplo, los suelos), para que recuperen su aspecto original aunque el daño no afecte a su funcionalidad. 
  • Servicios asistenciales. Por ejemplo, fontanería, cerrajería u otros servicios de ‘manitas’ en la oficina.
  • Reclamación de daños y defensa jurídica. Esta cobertura ofrece asistencia jurídica en caso de que un tercero solicite una indemnización por daños.
  • Robo, atraco y daños relacionados, como la sustitución de cerradura.
  • Atracos a clientes y empleados, que se puede ampliar a cobradores y transportadores de fondos.
  • Pérdida de beneficios. Se trata de una cobertura que garantiza el bienestar económico de tu empresa si tienes que interrumpir la actividad de tu oficina o despacho temporalmente. Puedes asegurar una parte de los gastos permanentes de la empresa (gastos de personal, alquileres, suministros…) o ampliar la póliza para que cubra también cierto porcentaje de la pérdida de beneficios (lucro cesante).

Para proteger tu oficina y despacho necesitas un seguro que cubra los equipos de oficina, pero que también asegure la viabilidad económica de la empresa en caso de algún siniestro. Aunque los riesgos en una oficina no son muchos, tampoco son inexistentes: incidentes como un incendio, una caída, una subida de tensión, una fuga de agua, un tropezón con una silla o la caída de un archivador pueden causar importantes pérdidas económicas a una empresa que no está correctamente asegurada.

Además, no todas las empresas corren los mismos riesgos ni tienen los mismos bienes que proteger. Por eso, es esencial contar con un asesoramiento personalizado por parte un agente de seguros que analice las necesidades específicas de tu oficina o despacho, haga un informe de los equipos y maquinaria que contiene e incluya las coberturas que necesitas, en función de la actividad que se realiza.