Si estás pensando en contratar un seguro de salud, puede que ‘¿con o sin copago?’ sea una de las primeras cuestiones que pasen por tu cabeza. Por eso, en este post vamos a contarte cómo funcionan los copagos en las pólizas y cuándo te compensa escoger un seguro de salud sin copagos (y cuándo no).

 

¿Cómo funciona el copago de un seguro de salud?

 

Un seguro médico con copagos implica que, cada vez que tengas que hacer uso de un servicio médico, debes aportar una pequeña cantidad para cubrir el servicio. Esta cantidad siempre será mucho menor de lo que costaría el servicio si no contases con un seguro.

Así, en las pólizas con copagos, la compañía aseguradora y la persona asegurada comparten el coste del servicio sanitario. A cambio, la compañía aseguradora baja la prima mensual (lo que pagas de seguro cada mes). Es decir, con un seguro con copagos pagas menos mensualmente, dado que ya cubres una pequeña parte de cada servicio que usas.

Los copagos pueden ser altos o bajos. El importe puede variar mucho dependiendo de la compañía aseguradora y de la prima mensual. Habitualmente, a mayor prima mensual, el copago es más reducido. 

Sin embargo, el copago también depende del servicio médico. Por ejemplo, dentro de una misma póliza, el copago de una consulta sanitaria podría ser de 5 y el de una resonancia magnética, 70 .

El copago se cobra junto a la póliza, que normalmente se carga en cuenta de forma mensual

También debes saber que un copago no implica que un seguro sea de mejor o peor categoría: son simplemente dos modalidades de seguro, pero la calidad asistencial es la misma.

El copago tampoco tiene nada que ver con el período de carencia, que es el tiempo que debe pasar desde que contratamos la póliza hasta que se puede hacer uso de determinados servicios. Ambos tipos de seguros, con o sin copagos, pueden tener carencias.

 

¿Cuándo escoger un seguro de salud sin copagos?

 

Entonces, ¿me conviene un seguro de salud sin copagos o con copagos? Sentimos darte esta respuesta, pero: depende. Depende de las veces que necesites asistencia médica o del tipo de servicios que requieras.

Por ejemplo, si se trata de un seguro para un niño o para una persona mayor o con problemas de salud, que debe acudir a revisiones y recibir asistencia frecuentemente, es posible que prefieras un seguro de salud sin copagos. Aunque la prima sea más alta, será un gasto fijo y no tendrás que preocuparte de las veces que haya que acudir a la clínica o de las pruebas a realizar. 

En cambio, si no tienes previsión de necesitar muchos servicios sanitarios, puedes optar por un seguro de salud con copagos, que te saldrá más económico mes a mes.

Por último, también hay seguros que solo aplican el copago cuando sobrepasas un número determinado de servicios sanitarios. Esta es una excelente opción, ya que permite abaratar la prima y solo debes hacerte cargo del copago si haces un uso intensivo del seguro.

En todo caso, para tomar la mejor decisión, lo mejor es que lo consultes con tu agente de seguros. Este profesional puede ayudarte a evaluar, en función de tus necesidades, qué tipo de seguro puede salirte más rentable.

Además, un agente de seguros no sólo te ayudará a dilucidar si te compensa o no el copago, sino que también te informará de cómo funciona tu póliza y de si el seguro de salud cubre servicios como:

  • Seguro dental
  • Asistencia hospitalaria
  • Asistencia en viajes
  • Segunda opinión médica internacional
  • Consejo psicológico telefónico
  • Descuentos en otros servicios, como los de estética y bienestar

Con o sin copago, lo cierto es que un seguro de salud te ofrece la tranquilidad de contar con una asistencia sanitaria y dental de primer nivel, en el momento y en el lugar que la necesites. 

Si tienes más dudas o quieres un asesoramiento personalizado por parte de uno de nuestros profesionales, aquí puedes buscar tu oficina o agente más cercano.

Conoce GESMÁS Salud