Aunque el seguro de la comunidad cubre muchos de los siniestros que ocurren en un edificio, hay ciertos elementos que nunca cubrirá, así que la respuesta a la pregunta ‘¿necesito un seguro de hogar si mi comunidad ya tiene seguro?’ es un sí rotundo. 

No obstante, también es necesario saber que, si tienes un buen seguro de comunidad, es posible que ciertas coberturas sí se superpongan. Por eso, en este artículo te comentamos qué suele cubrir cada seguro y qué coberturas puedes revisar para que no haya concurrencia de seguros, esto es, que los mismos bienes estén protegidos por varios seguros al mismo tiempo.

 

¿Qué cubre el seguro de la comunidad?

 

Para empezar, hay que señalar que los seguros de comunidades son muy personalizables. Sin embargo, todos tienen en común que cubren las  zonas comunes de un edificio.

Así, un seguro de comunidades asegura el conjunto de los elementos de construcción (como paredes, muros, techos, cubiertas, cimientos y suelos), instalaciones fijas y servicios de carácter comunitario (climatización, electricidad, teléfono, gas, loza sanitaria de las zonas comunes, distribución de agua, placas solares…), incluyendo también ascensores, garaje, antenas, montacargas, equipos electrónicos de video-vigilancia o portero automático.

También cubre las construcciones, instalaciones y dependencias anexas al edificio o situadas en la zona acotada, como cobertizos, piscinas, zonas de paseo o deportivas, parque infantil, trasteros, plazas de aparcamiento, farolas y elementos fijos similares, así como las vallas y verjas de cerramiento.

Además, se incluyen en el seguro los útiles de limpieza, utensilios de jardinería y material y máquinas de oficina que sean propiedad de la comunidad.

A primera vista, puede parecer que las coberturas de un seguro de comunidades y de un hogar se separan perfectamente, ya que el seguro de hogar cubriría todo lo que está de puertas adentro de un piso y, el de comunidades, de puertas afuera, pero eso no es así exactamente. 

Por ejemplo, las tuberías suelen ser uno de los elementos que crean más confusión. Muchos seguros de comunidades cubren únicamente los daños causados por las tuberías que se encuentran en las zonas comunes de un edificio, de modo que si se rompe una tubería privativa (es decir, que corresponde a tu hogar) es tu seguro de hogar quién debe hacerse cargo de los daños.

No obstante, los seguros de comunidades también pueden ofrecer una modalidad de contratación diferente, según la cual cubren los daños por agua causados en el edificio independientemente de si la avería tiene su origen en tuberías privativas o comunitarias.

Otro punto en el que puede haber concurrencia de los seguros es en la indemnización de los daños por rotura de lunas, espejos y cristales que se encuentren instalados en las puertas de acceso a balcones y ventanas de uso particular, así como los mármoles y loza sanitaria instalados en el interior de las viviendas. 

¡Así como lo oyes! Tu seguro de la comunidad podría cubrir tu lavamanos si, por ejemplo, se cae un objeto de la estantería del baño, partiéndolo. Eso sí, sólo si tiene contratada la cobertura opcional de rotura de lunas, espejos y cristales de particulares (y no sólo la de zonas comunes).

 

Coberturas que sólo encontrarás en tu seguro de hogar

 

El seguro de la comunidad no incluye gran parte del contenido de la vivienda ni muchos de los riesgos específicos de la misma, por lo que tener contratado un seguro de comunidad no evita contratar el seguro particular. 

Por muy completo que sea tu seguro de comunidades, hay muchas coberturas que nunca encontrarás en él, por ejemplo:

  • Responsabilidad Civil familiar.  Cubre las consecuencias económicas de los daños personales, materiales y perjuicios causados involuntariamente a terceros en el transcurso de tu vida familiar y privada. Por ejemplo, si tu perro salta a la carretera y provoca un accidente o un hijo destroza una luna de un coche de un balonazo.

  • Daños que sufra el contenido de tu hogar. Cubre posesiones en la vivienda, como ropa, mobiliario, aparatos electrónicos, objetos de valor o incluso la comida. 

  • Servicio de manitas en el hogar. Los seguros de hogar suelen incluir un servicio de reparaciones e instalaciones gracias al cual pueden acudir a tu hogar profesionales de fontanería, electricidad, cristalería, cerrajería, electrodomésticos, etc.

  • Robos y atracos fuera del hogar. Los seguros de hogar también pueden cubrir el robo de objetos fuera del hogar, como dinero en efectivo, móviles o relojes.

  • Asistencia jurídica. Muchos seguros de hogar ofrecen asistencia jurídica para consultar cuestiones del ámbito personal y familiar, sobre asuntos como el alquiler o compraventa de vivienda, contratación de servicio doméstico, dudas sobre la comunidad de vecinos, cuestiones matrimoniales y familiares, testamentos, reclamaciones sobre derechos del consumidor, etc.

 

Además de todo esto, los seguros de hogar ofrecen muchas coberturas específicas que suelen quedar fuera de los seguros de comunidades, como robos de joyas y objetos de valor especial, accidentes en el hogar, daños a mobiliario profesional, etc.

De este modo, lo recomendable es no prescindir ni del seguro de hogar ni del seguro de la comunidad de vecinos, sino tener ambos seguros, pero evitando la concurrencia.

Ten en cuenta que tener dos compañías aseguradoras para un mismo riesgo no se traduce en contar con el doble de protección, porque nunca se podrá cobrar una doble indemnización en este tipo de seguros (no es así en los seguros de vida y accidentes).

 

¿Cómo evitar la concurrencia del seguro de hogar y de comunidades?

 

Tanto los seguros de hogar como los de comunidades de vecinos son muy personalizables. El lado negativo de esto es que es difícil saber qué cubre (y que no) tu seguro de comunidad. El lado positivo es que puedes personalizar tu seguro de hogar para que las dos pólizas no solapen la cobertura de los mismo riesgos.

De este modo, puedes solicitar una copia de la póliza al presidente de la comunidad o al Administrador de Fincas. Después, facilítaselo a un agente Ges para que analice la póliza y para que te asesore para contratar coberturas complementarias que protejan tu vivienda, pero sin que tengas que pagar por la protección con la que ya cuentas.

Así, ambas pólizas se complementarán a la perfección para que tu hogar siempre esté cubierto.