El hogar es, probablemente, el patrimonio más preciado para la mayoría de las personas, algo que demuestran las altas cifras de contratación de seguros de casa: en España, tres cuartas partes de las familias han optado por asegurar sus viviendas, a pesar de que únicamente es obligatorio mientras una vivienda está hipotecada.

Y es que un hogar es más que cuatro paredes y un techo; es el refugio donde creas recuerdos preciosos y guardas lo que más valoras. Es por eso que contar con un seguro de casa es fundamental para vivir con tranquilidad.

A la hora de escoger un seguro de casa, es probable que te surja alguna duda de cómo hacerlo, ya que el mercado asegurador ofrece un sinfín de opciones. Por eso, en este artículo repasamos las diferentes modalidades y tipos de seguros de casa y las principales coberturas que incluyen, para que puedas asegurarte de que tu hogar está protegido como se merece.

 

Modalidades de seguros de casa 

 

Según su grado de protección

 

  • Seguro obligatorio de casa. El seguro de hogar no es obligatorio dentro del territorio español, salvo en una excepción: que la casa esté vinculada a un préstamo hipotecario, tal y como establece el Real Decreto 716/2009. El seguro obligatorio de casa tiene el fin de cubrir daños estructurales esenciales para proteger la inversión del prestamista, por lo que debe cubrir daños por incendio y otros eventos naturales en la estructura de la casa (el continente). 

    Actualmente, las compañías aseguradoras ofrecen seguros de casa que cuentan con éstas coberturas obligatorias, pero suelen añadir otras coberturas incluso a sus seguros más básicos, como son las coberturas de responsabilidad civil de los habitantes de la casa o los daños por agua.

 

  • Seguro básico de casa. Es el punto de partida para la mayoría de los propietarios y proporciona una sólida protección contra los riesgos cotidianos. Se trata de un seguro funcional creado para cubrir las necesidades básicas de cualquier vivienda, a un precio accesible. Incluye coberturas como incendios, robos, responsabilidad civil, daños por agua, daños por problemas eléctricos, impacto de fenómenos meteorológicos o daños estéticos, garantizando una protección ante los riesgos más comunes y los más graves.

 

  • Seguro completo/de diseño. Si buscas una cobertura más amplia, que cubra también tus objetos más valiosos, puedes sumar a las coberturas de un seguro básico otras más exclusivas, como la rotura de cristales de las placas vitrocerámicas, pérdida de llaves, filtraciones de agua de lluvia, o roturas de mesas o encimeras de mármol, así como añadir otras coberturas opcionales (daños en el jardín, daños en piscinas, joyas…), según el tipo de casa con la que cuentes o los bienes que guarde. 

 

Según su tomador

 

La versatilidad de los seguros de casa radica en su capacidad para adaptarse a las necesidades específicas de cada persona: inquilinos o propietarios. No se trata de diferentes tipos de pólizas, sino de ajustar las coberturas para satisfacer las circunstancias individuales de cada figura.

 

  • Seguros para propietarios de vivienda habitual. Cuando eres propietario de tu vivienda habitual, es interesante contar con un seguro que ofrezca una protección integral, tanto para el continente de tu hogar (es decir, todo lo que forma parte integral de la construcción de la casa, como las paredes, el techo, los suelos, las ventanas, las puertas, entre otros elementos arquitectónicos), como para su contenido (los bienes personales, vehículos y posesiones que tienes dentro de tu vivienda).

Además de las coberturas habituales (incendios, robos, daños por agua…), una de las coberturas específicas que los propietarios de su casa deben tener en su seguro de hogar es la responsabilidad civil inmobiliaria, aquella que corresponde al propietario de un inmueble por los posibles daños que éste pueda ocasionar a un tercero (por ejemplo, si la casa se incendia y el fuego pasa a la casa adyacente).

Por otro lado, como los propietarios viven en la casa, conviene que incluya también coberturas de responsabilidad civil del cabeza de familia y del resto de los miembros de la unidad familiar, que cubre los daños o desperfectos ocasionados a terceros por éstos (por ejemplo, si un niño tira un objeto desde un balcón, causando un daño).

 

  • Seguros de casa para arrendadores. Si tienes una casa en alquiler, puedes optar por proteger el continente de tu hogar (la estructura) y no asegurar el contenido (o hacerlo de forma limitada) ya que es muy probable éste último sea propiedad de los inquilinos.

    Por otro lado, además de las coberturas básicas, a un propietario le interesará contratar coberturas como la pérdida de alquileres, impago de alquileres y vandalismo, responsabilidad civil inmobiliaria o servicios de asistencia y reparaciones (que facilite las reparaciones ante las demandas de los inquilinos) pero quizás no le interesen coberturas como la pérdida de bienes refrigerados, ya que no contará con ellos en la vivienda asegurada.



  • Seguro de casa para inquilinos. Cuando eres inquilino, es aconsejable contratar un seguro para, al menos, proteger tus pertenencias dentro de la vivienda. Además, es importante contar con coberturas de responsabilidad civil locativa y responsabilidad civil familiar. Estas coberturas te protegen en caso de que, involuntariamente, causes daños a la propiedad alquilada o a terceros, respectivamente, brindándote una capa adicional de seguridad y tranquilidad mientras disfrutas de tu hogar.



    Así, si estás considerando contratar un seguro de casa, sin importar si eres inquilino, arrendador o propietario, la clave está en personalizar la póliza según tus necesidades particulares. En este sentido, contactar con un agente de seguros experto marca la diferencia, ya que puede ayudarte a configurar la mejor póliza para tu hogar, brindándote la tranquilidad y la protección que buscas.